¿Todos tenemos ansiedad financiera? Lo que muestra la nueva investigación y por qué es importante
El dinero puede desencadenar varias emociones, como el miedo, los remordimientos, la envidia e incluso la esperanza. En Gigonway, creemos que para estar realmente sano, todas las conexiones de tu vida deben estar en armonía, incluida tu relación con el dinero.
Hoy examinaremos la psicología del dinero personal, cómo afrontamos los sentimientos relacionados con él, y desentrañaremos cualquier atadura que tengas para ayudarte a acercarte un poco más a eso.
Puede que cada vez que vayas a abrir la aplicación de tu banco te asalte una sensación de pavor. Cuando te sientas a organizar tus finanzas, tal vez tu ritmo cardíaco aumenta. Tal vez pospongas el control de tu puntuación crediticia porque la mera idea de hacerlo te acelera el corazón. Estas respuestas emocionales, y quizás físicas, a su situación financiera son en realidad bastante típicas.
Mantener a salvo a nuestra familia y las finanzas empataron en el primer puesto de la encuesta anual de la Asociación Americana de Psiquiatría (APA), publicada recientemente, sobre lo que más preocupa a los estadounidenses. El 66 % de los estadounidenses se declararon algo o muy preocupados por ambas cuestiones. La salud, la política y las amistades con amigos y compañeros de trabajo quedaron en último lugar, seguidas de estas.
Según la doctora Altha Stewart, presidenta de la APA, «los resultados de la encuesta confirman la idea de que las necesidades básicas, como la seguridad física o la economía, tienen un impacto significativo en el bienestar mental de una persona.» «Aconsejamos encarecidamente a cualquier persona que sufra ansiedad que busque ayuda, sea cual sea la causa».
Hay numerosos problemas sociales e institucionales que contribuyen a la preocupación económica generalizada. No pueden obviarse en la discusión. En primer lugar, existe una deuda de préstamos estudiantiles por valor de 1,5 billones de dólares, lo que probablemente explica por qué, entre los estadounidenses de 18 a 34 años de la encuesta de la APA, la preocupación financiera se eleva al 70%. Un estudio sobre la disparidad de la riqueza mundial también reveló que la desigualdad de ingresos en Estados Unidos se encuentra en su nivel más extremo desde la Gran Depresión. Además, el estancamiento salarial es un problema muy grave que existe desde hace años. Esto podría explicar por qué ahora hay un 66 % más de personas que afirman tener preocupación financiera, frente al 56 % de 2017.
Además, la ansiedad es un tema muy personal para muchos de nosotros. Cómo manejamos el dinero está influenciado por cómo nos criaron, nuestras circunstancias actuales, el efecto de cualquier relación, así como una variedad de otras cuestiones peculiares que pueden estar preocupándonos individualmente. Es probable que tengas algún tipo de conexión emocional con el dinero que te produce ansiedad, lo sepas o no.
La terapeuta financiera Bari Tessler dice: «Por desgracia, no se enseñan ni conocimientos financieros ni emocionales, así que cuando surgen estos sentimientos, no sabemos cómo afrontarlos». Y una vez que has gastado dinero para satisfacer tus necesidades fundamentales -alimentación, ropa y vivienda-, los problemas de dinero ya no son sólo de dinero. Siempre se relacionan con cuestiones más profundas».
El hecho de que hablar de dinero siga siendo un tabú no ayuda en nada. El dinero, la política y la religión eran temas tabú de debate en un pasado no tan lejano. El dinero es lo único que mantenemos fuera de los límites desde que Internet y las redes sociales marcaron el comienzo de la era del «oversharing». Basta con abrir Twitter para ver muchas publicaciones y artículos sobre sexo, política e incluso religión. ¿Pero dinero en efectivo? Seguiría siendo difícil encontrar algo. Según la asesora financiera Lynne Somerman, «la cuestión es que el dinero es un aspecto habitual de la vida que nos gusta fingir que no lo es para no tener que hablar mucho de él».
Tristemente, pero no por ello sorprendente, esto tiene importantes efectos en nuestra salud. Sabemos que la ansiedad repercute negativamente en nuestra salud, afectando tanto al sistema cardiovascular como al gastrointestinal. Además, nuevas investigaciones de la APA indican que la soledad supone una amenaza mayor para la salud pública que la obesidad. Por supuesto, el aislamiento económico no es la única causa de la soledad, pero sin duda puede contribuir a ella, sobre todo si estás pasando por un mal momento y sientes que no tienes a nadie a quien acudir en busca de apoyo.
Por eso, iniciar una conversación positiva, fructífera y orientada a objetivos sobre el dinero debería ser una prioridad tanto para el bienestar mental como para el financiero.