Aprender de los errores: 7 pasos hacia el crecimiento y el éxito
A menudo se defiende el fracaso como un paso fundamental en el camino hacia el éxito final. Los triunfadores son los que saben aprender de sus errores, no los que nunca los cometen.
El multimillonario Richard Branson es uno de esos líderes empresariales de gran éxito que han superado el fracaso. Como fundador de Virgin Group, afirma que aprende habitualmente de errores como el fiasco de Virgin Cola. La capacidad de superar obstáculos, comprender por qué se ha cometido un error o se ha fracasado y tomar medidas correctivas, junto con la voluntad de abandonar una empresa que fracasa, son las claves del éxito.
Más cerca de casa, mi hijo adolescente recuerda esta cita (parafraseada) del inventor Thomas Edison en referencia a sus experimentos: «No he fracasado. Sólo he encontrado 10.000 formas que no funcionan». Como tal, le han animado a probar cosas nuevas, a arriesgarse y a aprender por ensayo y error.
En teoría, entiendo el concepto. Aprender de los errores para avanzar en la vida.
Pero, ¿cómo funciona exactamente este proceso? ¿Cómo aprendemos de nuestros errores en lugar de repetirlos, esperando obtener mejores resultados la próxima vez? ¿Cómo dejamos de perseverar y empezamos a hacer las cosas bien?
Aprende a identificar primero que tipo de error has cometido, luego sigue los pasos que puede dar para aprender de sus errores.
1. Reconocer el error
El primer paso, y el más crucial, es reconocer cuándo se ha cometido un error.
Puede que culpes a las circunstancias de un contratiempo en lugar de admitir que hiciste algo mal, deliberada o involuntariamente. Es cierto que una serie de condiciones especialmente extravagantes pueden haber anulado la eficacia de tu acción correcta, y puede que una situación así no vuelva a repetirse.
Mi hijo, que parece tener una capacidad innata para aprender de los errores, establece un límite de intentos (su número es cinco) antes de empezar a solucionar problemas; en ese momento, se da cuenta de que algo falla en su planteamiento o de que hay un factor que no ha tenido en cuenta.
Para determinar si comete repetidamente los mismos errores, fíjese en los patrones. ¿Se repiten circunstancias que mentalmente ha calificado de «inusuales»? Si esas situaciones son realmente la norma, asuma la idea de que está cometiendo errores una y otra vez.
Tómate tiempo para reflexionar sobre tus acciones (o la ausencia de ellas) a fin de determinar si cometiste un error, si la culpa fue de otra persona o si circunstancias incontrolables no propiciaron el éxito.
2. Detectar la causa del error
Determinar la acción concreta que fue un error. Averigua qué causó un error o desencadenó una serie de pasos en falso.
Los malos hábitos pueden conducir a simples errores. Por ejemplo, es posible que habitualmente salgas tarde del trabajo, lo que te lleva a correr riesgos innecesarios en el trayecto hasta la oficina; es posible que agendes demasiadas cosas en tu calendario y te olvides de citas o las pases por alto; o es posible que realices varias tareas a la vez con tanta frecuencia que no prestes atención a las conversaciones importantes y pases por alto detalles que provocan errores.
Tanto si se encuentra navegando por un territorio nuevo como repasando terreno viejo, puede haber muchas causas posibles de errores. Considere todos los factores.
Por ejemplo, como demandante de empleo, puede haber cometido un error al hacer un comentario inocuo considerado inapropiado por un entrevistador. Sin embargo, su comentario podría haber sido perspicaz, pertinente y apropiado en otro contexto con otro empleador o jefe de contratación. En este caso, el error podría haber sido causado por uno de estos errores:
- Ser descuidado al hablar
- Responder demasiado rápido y olvidarse de hacer una pregunta aclaratoria que le habría permitido elaborar una respuesta más adecuada.
- No investigar a las empresas para saber qué comentarios son aceptables y cuáles no.
- Buscar oportunidades en organizaciones que no se ajustan a su estilo y capacidades profesionales.
Considere tanto el panorama general como los pequeños detalles a la hora de analizar lo que salió mal.
3. Diseccione su razonamiento y encuentre el fallo en su forma de pensar
Puedes identificar fácilmente lo que salió mal si puedes definir lo que esperabas que sucediera y por qué. ¿Cómo imaginó que se desarrollarían las cosas? ¿Y cómo sucedieron las cosas en realidad?
Piense en sus objetivos, ya sea para un proyecto de trabajo, una cita a ciegas, un intercambio de correos electrónicos, una iniciativa empresarial de varios años o un régimen de entrenamiento para una carrera de 5 km. Evalúa tu estrategia, tus planes y tu ejecución para analizar tu situación actual y determinar qué ha sucedido para impedir que cumplas tus objetivos.
Hágase preguntas como éstas:
- ¿Eran mis objetivos razonables y alcanzables? ¿Me he equivocado al fijar los objetivos?
- ¿Hice suposiciones acertadas sobre mis capacidades y los retos? ¿He cometido algún error al juzgar la situación?
- ¿Tenían sentido mis estrategias, dadas las circunstancias y los objetivos? ¿He cometido algún error al trazar mi rumbo y elegir mis métodos?
- ¿Hasta qué punto mi plan estaba organizado de forma lógica, era factible y completo? ¿He cometido algún error al elaborar el plan?
- ¿Hemos seguido el plan mi equipo, mis colegas, mis amigos y yo? ¿He cometido algún error al ejecutar el plan?
Reduzca el número de puntos en los que puede haber fallado.
4. Sé implacable contigo mismo
Considera tus acciones desde una perspectiva externa. Piensa en lo que hiciste y si tomaste una buena decisión dada la información que tenías en ese momento. Evalúa tus puntos fuertes y débiles, analiza tus planteamientos y sé sincero sobre si tenías capacidad para evitar errores. Muy a menudo, esta implacabilidad te permitirá ver con más claridad y comprender lo que deberías haber hecho en su lugar.
No necesitas confesar públicamente tus errores para aprender de ellos. Y desde luego no necesitas condenarte como un fracasado. Pero si reflexionas sobre cómo has contribuido a los errores, es mucho más probable que te corrijas y tengas éxito la próxima vez.
5. Investigación
Investigue para averiguar cómo han abordado otras personas situaciones similares a la suya. Puede que no encuentres la respuesta exacta, pero puedes hacerte una idea de los aspectos que debes tener en cuenta para comprender y recuperarte de tu error. Esta información puede ser útil cuando hables con otras personas sobre tus retos, ya que demuestra que has considerado los posibles problemas y te ayuda a entablar un diálogo significativo.
6. Escuchar a los demás
A menudo, necesitas ayuda externa para saber qué has hecho mal.
A veces la gente te señalará tus errores. Ocasionalmente, esta gente puede darte ideas valiosas. Pero ten cuidado con los que te dan consejos de talla única, que no suelen ser útiles.
Una forma mejor de aprender de tus errores es pedir consejo a un experto. Encuentra a alguien sabio y de confianza, que esté dispuesto a escuchar tus explicaciones sobre lo que has probado hasta ahora y que haya experimentado el éxito en las áreas en las que quieres destacar.
7. Aplicar lo aprendido
Una vez que hayas determinado qué hiciste mal en primer lugar, empieza a comportarte de otra manera. Pruebe un nuevo enfoque. Pon en práctica una recomendación.
Si una situación parece compleja, arregle una cosa y luego siga haciendo ajustes. Quizá descubra que eliminar un tipo de error le da claridad para reconocer y corregir otros problemas.
Observa tus resultados. Fíjate en lo que ocurre cuando cometes errores y cuando tomas las medidas correctas. Experimentar el éxito te da motivación para ser implacable contigo mismo en futuros empeños. No dejarás de equivocarte, pero los errores y los fracasos no te molestarán tanto; seguirás aprendiendo sobre la marcha.