Cómo trabajar desde casa con un bebé
Llevar a su recién nacido a casa es una de las experiencias más felices de su vida. Los primeros días son un auténtico éxtasis mientras observas esos ojitos o agarras esas manitas. Cuando la realidad se impone y tienes que volver al trabajo, sobre todo desde casa, encontrar una rutina que te funcione puede ser difícil.
Créeme, lo sé. Como madre de un niño de cinco años y otro de siete, he pasado por lo mismo. He trabajado desde casa la mayor parte de la última década, y puede ser una locura. Intentar compaginar el trabajo con las comidas, las siestas y los juegos te lleva al límite físico y mental. Afortunadamente, no todo tiene por qué ser estrés y lágrimas. Hay consejos que te ayudarán a encontrar un flujo de trabajo que te ayude a tenerlo todo hecho sin perderte ninguna «primicia.
Establecer expectativas
Lo más importante que hay que hacer cuando se trabaja desde casa con un bebé es fijarse expectativas realistas. Empieza por decirte a ti misma que, pase lo que pase, tu rutina y tu horario de trabajo van a cambiar. Al final, encontrarás el equilibrio adecuado y aceptarás que se trata de una nueva normalidad. Lo mejor que puedes hacer es centrarte en los resultados que quieres obtener y no en cuántas horas quieres dedicar. Trabajar de 9 a 5 desde casa puede ser difícil.
Lo más importante que puedes hacer es encontrar huecos de tiempo para trabajar. ¿Significa eso que las noches y los fines de semana son «horas de trabajo»? Por supuesto. Querrá estar tan disponible como pueda durante el día, pero establezca las expectativas correctas sobre su disponibilidad real.
Aprovecha la hora de la siesta
Por muchísimas razones, deberías aprovechar la hora de la siesta tanto como sea posible. Aunque cada bebé tiene su propio horario, es muy probable que duerma una o dos siestas antes de cumplir un año. Considera estas siestas como tu oportunidad para ponerte al día y, si es posible, adelantarte.
Prioriza las tareas más importantes y prográmalas para esas horas. En la mayoría de los casos, las horas de la siesta deben ser predecibles como parte de un horario, de modo que al menos sepas a qué horas puedes tener un poco de paz y tranquilidad. Si puedes crear una rutina en torno a las siestas, se convertirán en tus mejores aliadas.
Ten un plan para las interrupciones
Esto es fundamental porque, por mucho que intentes planificarlo, los planes pueden salirse rápidamente por la ventana. Por supuesto, esos momentos impredecibles van a ocurrir en medio de una llamada importante con tu jefe o cliente. Tenga juguetes dedicados (Fisher-Price es su mejor amigo) para distraerlos y poder terminar. Cuanto más preparada estés para manejar el final repentino de las siestas o el hambre de los bebés, más éxito tendrás en no dejar que te paralicen todo el día.
Hacer turnos
Aunque las familias monoparentales lo consiguen, si tú y tu cónyuge o pareja podéis compartir el trabajo, turnaros. Mirad cada noche vuestros horarios para el día siguiente y repartid las responsabilidades. ¿Quién puede ocuparse mejor de la mañana? ¿la tarde? ¿Alguien puede ocuparse de las comidas mientras el otro se ocupa de la natación? ¿Quién tiene menos conferencias al día siguiente? Sea como sea, dividir el trabajo puede marcar la diferencia.
Cuando nació mi primer hijo, mi mujer seguía dando clases. Yo me ocupaba de todo el trabajo durante el día y, cuando ella llegaba a casa, era mi momento de apagar el mundo y ponerme a trabajar. Este es el tipo de compromisos que hay que hacer para que trabajar desde casa sea un éxito. A decir verdad, nunca se está realmente «fuera de servicio», pero es bueno saber que hay alguien ahí que puede compartir la carga. Si no tiene un cónyuge o pareja que le ayude, busque una guardería o la ayuda de familiares o amigos. Incluso un descanso de una o dos horas puede ayudarle no sólo a descansar mentalmente, sino también a realizar su trabajo.
Tenga entretenimiento a mano
La realidad es que no puedes evitar trabajar cuando tu bebé está despierto. Por eso existen productos como las cunas, los columpios y los juegos hinchables. Aprovecha estos productos para encontrar algo que te permita hacer tu trabajo, aunque sólo sea durante 15 o 30 minutos seguidos. ¿Puedes crear un espacio seguro en tu casa que ofrezca juguetes apropiados para el bebé y en el que también tengas un poco de espacio para trabajar? Si tienes la oportunidad, encontrar un espacio así puede ser de gran ayuda.
Por otro lado, prueba con un escritorio de pie. No sabes la de veces que he trabajado con un bebé en brazos o en un portabebés. Te sorprenderá lo bien que puedes llegar a teclear con una sola mano cuando no tienes otra opción. A los bebés les encanta que los mezan de un lado a otro y, aunque puede resultar pesado para ti, para ellos es un entretenimiento sin fin. Aunque la idea de un escritorio de pie y un portabebés suene descabellada al principio, créeme cuando te digo que puede salvarte literalmente el día.
No existe un plan único para trabajar desde casa con un bebé. Hay muchas sugerencias y buenas prácticas y consejos que merece la pena seguir. En última instancia, tienes que encontrar el horario y la rutina que mejor se adapten a ti. Lo más importante es que seas flexible con tu rutina. Un bebé de un mes y uno de 11 meses no tienen los mismos hábitos de siesta o sueño. Sé flexible, estate preparada y dispuesta. Si te planificas adecuadamente, descubrirás que trabajar desde casa con un bebé no tiene por qué provocar colapsos mentales. Créeme, lo sé.