5 tipos de personas que gastan mucho: ¿cuál es usted?
Muchos de nosotros gastamos de más cada mes. Algunos gastamos tanto y con tanta regularidad que acabamos con facturas de tarjetas de crédito abrumadoras, pagos de préstamos no realizados y marcas negras en nuestros informes de crédito.
Una de las claves para controlar los hábitos de gasto poco saludables es reconocer por qué se gasta demasiado. Hay diferentes tipos de personas que gastan demasiado, y rompen sus presupuestos cada mes por diferentes razones. Reconocer esas razones puede ser el primer paso para luchar contra sus malos hábitos financieros.
Un problema creciente
Las cifras del Estudio de Planificación y Progreso 2017 de Northwestern Mutual muestran que muchos residentes de Estados Unidos tienen un problema de gasto. Según la encuesta, casi tres cuartas partes de los consumidores estadounidenses están luchando con la deuda, debiendo una media de 37.000 dólares, sin contar los pagos de su hipoteca.
La encuesta encontró que, después de pagar las necesidades como la vivienda, la comida y el transporte, los estadounidenses gastan alrededor del 40% de lo que queda cada mes en gastos discrecionales como viajes, pasatiempos y entretenimiento; sólo gastan un promedio del 33% en el pago de la deuda.
¿Qué tipo de gastador excesivo es usted? Lo más probable es que te reconozcas como uno de los siguientes.
1. El gastador compulsivo
¿Te encuentras comprando una nueva pulsera de fitness sólo porque has tenido un mal día en el trabajo? ¿Una discusión con su cónyuge le hace huir a la tienda de ropa? Es posible que sea un comprador compulsivo, que gasta en exceso como forma de amortiguar los sentimientos negativos no deseados. Es posible que ni siquiera utilice los artículos que compra: el simple hecho de gastar dinero en ellos es suficiente para proporcionarle un alivio emocional temporal.
2. El comprador de ofertas
¿Le resulta imposible rechazar una oferta, aunque no necesite los artículos que están en oferta? Entonces es posible que sea un cazador compulsivo de gangas. No hay nada de malo en buscar ofertas cuando vas de compras. Pero no debería comprar artículos si no los necesita, por muy bajos que sean sus precios.
3. Mantenerse a la altura de tus vecinos (o de cualquier otro)
¿Compraste ese coche tan caro no porque lo necesitaras, sino porque pensaste que quedaría bien en tu entrada? Entonces puede que estés obsesionado con «estar a la altura» de tus vecinos, familiares o amigos. Para ti, gastar demasiado se trata de mantener la imagen adecuada. Quieres que todos los demás sepan lo bien que te va. Desgraciadamente, es caro estar a la altura de los demás. Gastar demasiado sólo para reforzar tu imagen puede dejarte con muchas deudas.
4. El comprador secreto
Tal vez haya sacado una nueva tarjeta de crédito sin decírselo a su cónyuge. O tal vez compres aparatos y aparatos electrónicos caros y los escondas en el fondo de tu armario. Este tipo de gasto excesivo puede resultar en serios problemas de confianza en sus relaciones, y podría arruinar amistades o matrimonios.
5. El extravagante dador de regalos
¿Crees que comprar a tus amigos o familiares juguetes nuevos, comidas caras en restaurantes y vinos de alta gama hará que les gustes más? ¿Gastas de más rutinariamente solo para poder dar los mejores regalos cada temporada navideña? Entonces podrías estar gastando de más como una forma de hacer que a otros les gustes. Esto, por supuesto, no funciona: a la gente no le gustarás más o menos sin importar cuánto gastes en ellos.
Rompiendo el ciclo
¿Cómo superas tus hábitos de gasto excesivo? El primer paso es crear un presupuesto familiar que enumere cuánto dinero gana cada mes y cuánto puede gastar. Una vez que haya hecho esto, al menos sabrá cuándo está gastando de más en partidas presupuestarias individuales.
A continuación, es importante reconocer por qué gasta de más. ¿Te hace sentir poderoso y en control? ¿Te hace sentir más rico de lo que eres? ¿Compensa un día de dolores de cabeza y estrés en el trabajo?
Una vez que sepa qué desencadena su gasto excesivo, puede estar atento a esos impulsos familiares. En lugar de gastar en exceso sin pensar, puede reemplazar la tentación de usar las compras como un desestresante mediante la adopción de otros mecanismos de afrontamiento, como el ejercicio, la meditación u otras técnicas de relajación que no romperán el banco.
Incluso puede buscar ayuda profesional, no solo de un asesor financiero, sino de un terapeuta que pueda ayudarlo a identificar y controlar los desencadenantes que conducen a su gasto excesivo.