Cómo puede proteger su jubilación la generación sándwich
Para quienes cuidan de sus padres ancianos y crían a sus hijos al mismo tiempo, a menudo puede parecer que nunca hay tiempo, dinero o energía suficientes para atender a todos los miembros de la familia que le necesitan. En particular, manejar las finanzas cuando dos generaciones diferentes dependen de ti puede parecer un acto de equilibrio imposible, por no mencionar un ejercicio de sentimiento de culpa hagas lo que hagas.
Pero ser el cuidador que se interpone entre dos generaciones hace que sea aún más importante para usted dar prioridad a sus propias necesidades financieras, especialmente cuando se trata de la planificación de la jubilación. Si protege su jubilación durante esta difícil etapa de su vida, estará en mejores condiciones para seguir siendo independiente a medida que envejece, lanzar a sus hijos a una vida adulta más segura y ofrecer apoyo continuo a sus padres.
¿Suena imposible? Pues no lo es. A continuación te explicamos cómo puedes proteger tu jubilación si perteneces a la generación sándwich.
¿Qué es la Generación Sándwich?
La generación sándwich es un término que se refiere a los adultos, generalmente entre los 35 y 55 años, que se encuentran en la posición de cuidar tanto de sus hijos como de sus padres o personas mayores. El concepto fue acuñado por primera vez por la trabajadora social Dorothy Miller en 1981. Inicialmente, se refería a mujeres entre 30 y 40 años atrapadas entre el cuidado de sus hijos y padres. Sin embargo, con el tiempo y los cambios sociales, ahora afecta a ambos géneros.
Factores Clave
- Aplazamiento de la Maternidad: En España, por ejemplo, la edad promedio para que una mujer tenga un hijo es de 32 años, lo que muestra un aplazamiento en la maternidad.
- Aumento de la Esperanza de Vida: La Organización Mundial de la Salud señala que una de cada seis personas en 2050 tendrá más de 65 años en todo el mundo.
Tipos de Personas en la Generación Sándwich
- Adultos entre 40 y 59 años que crían a sus hijos menores y tienen en su hogar a un padre de más de 65 años.
- Adultos que cuidan de sus padres y también son el sostén de sus hijos adultos que están cursando estudios en la universidad o están desempleados.
Consejos para Manejar la Situación
- Crear un fondo de emergencia: Para estar preparados ante cualquier imprevisto.
- Negociar con la Empresa: Es posible hablar con la empresa para negociar horarios de trabajo o beneficios que ayuden en el cuidado de los niños o padres.
Consecuencias
- Estrés y Carga Emocional: Estar a cargo tanto de los niños como de personas mayores puede ocasionar mucha carga de trabajo y emocional.
El ahorro para la jubilación es lo primero
Los ahorros para la jubilación deben tener prioridad sobre los fondos para la universidad de tus hijos. Usted ya lo sabe. Tus hijos pueden pedir préstamos para la universidad, pero no hay préstamos disponibles para pagar tu jubilación.
La decisión más difícil es dar prioridad a los ahorros para la jubilación antes que pagar los cuidados de larga duración de tus padres. Puede parecer una decisión despiadada, pero es necesaria para evitar que los problemas económicos pasen de una generación a otra. Renunciar a los ahorros para la jubilación entre los 40 y los 50 años significa perderse el crecimiento a largo plazo y las ventajas del interés compuesto. Si sigues ahorrando para la jubilación, te asegurarás de que tus hijos no se sientan agobiados económicamente cuando envejezcas.
En lugar de financiar personalmente el cuidado de tus padres, utiliza sus bienes mientras duren. Así no sólo podrás aprovechar al máximo programas como Medicaid (que exige que los beneficiarios de cuidados de larga duración hayan agotado sus propios bienes antes de que entre en vigor), sino que también protegerás tu futuro.
La comunicación es la clave
Parte del estrés de pertenecer a la generación sándwich es sentir que la carga económica de dos generaciones (además de la tuya propia) recae enteramente sobre tus hombros. Sientes que defraudas a las personas vulnerables a las que quieres si no puedes hacerlo todo. Pero la verdad es que no puedes hacerlo todo. Y no deberías esperar eso de ti mismo, ni tu familia debería esperarlo de ti. Por eso, comunicar a tus seres queridos lo que pueden esperar de ti puede ayudarte a poner límites importantes a lo que eres capaz de ofrecerles.
Esta conversación será algo más sencilla con tus hijos. Puedes hacerles saber qué tipo de ayuda financiera pueden esperar de ti para la universidad y más allá, y simplemente dejarlo así.
La conversación es un poco más difícil con tus padres, en parte porque tienes que preguntarles por los detalles esenciales de sus finanzas. Tanto si el dinero es un tema tabú en tu familia como si no, puede ser difícil que tus padres te hagan partícipe de conversaciones financieras importantes: para ellos es como si te estuvieran cambiando los pañales hace sólo unos años.
Estar al corriente de lo que tus padres tienen ahorrado, dónde está, qué planes tienen para el futuro y en quién confían como asesor financiero, te ayudará a proteger su dinero y el tuyo. Estarás mejor preparado para tomar decisiones por ellos en caso de emergencia, y estar incluido en las decisiones financieras significa que puedes ayudarles a protegerse de las estafas.
El seguro es una necesidad
Contar con un seguro de incapacidad adecuado es una garantía importante para cualquier trabajador, pero es especialmente importante para quienes cuidan de padres mayores e hijos pequeños. El Council for Disability Awareness informa de que casi uno de cada cuatro trabajadores estará de baja al menos un año debido a una discapacidad. Con unos padres y unos hijos que dependen de sus ingresos, incluso una incapacidad de corta duración podría suponer un desastre y obligarle a echar mano de sus ahorros de jubilación para seguir adelante. Asegurarse de que dispone de suficiente cobertura de seguro de ingresos por incapacidad puede ayudarle a proteger a su familia y su jubilación en caso de incapacidad.
El seguro de vida es otro aspecto en el que no conviene escatimar. Con dos generaciones a tu cargo, es importante tener un seguro de vida suficiente para que tu familia esté bien si te ocurre algo. Esto es cierto incluso si eres cuidador a tiempo completo y no remunerado de tus padres o de tus hijos, ya que tu familia tendrá que pagar por los cuidados que prestas aunque no cuenten con tus ingresos.
También es buena idea hablar con tus padres sobre un seguro de vida para ellos, si cumplen los requisitos. Para los padres mayores que saben que van a utilizar sus bienes para cuidados a largo plazo, una póliza de seguro de vida puede ser una forma inteligente de asegurarse de que dejan algún tipo de herencia. Si sus padres están preocupados por su capacidad para dejar una herencia, un seguro de vida puede ayudarles a aliviar el estrés económico y facilitarles emocionalmente la disposición de sus propios bienes.
Conviértase en un experto en Seguridad Social y Medicare
Dedicar tiempo a leer sobre la Seguridad Social, Medicare y otros programas puede ayudarte a tomar mejores decisiones financieras para tus padres y para ti. Hay muchas ideas erróneas, mitos y malentendidos que se disfrazan de hechos sobre estos programas, y saber exactamente a qué tendrán derecho tus padres (y, con el tiempo, tú) puede ayudarte a asegurarte de que no dejas dinero sobre la mesa ni tomas decisiones basadas en información errónea.
Los cuestionarios de elegibilidad en benefits.gov pueden ayudarle a determinar qué prestaciones están disponibles y si sus padres cumplen los requisitos. Además, es una buena idea que usted mismo se registre en una cuenta de MySocialSecurity. Este sitio le proporcionará estimaciones personalizadas de las prestaciones futuras en función de sus ingresos a lo largo de su vida, lo que puede ayudarle a prepararse mejor para su propia jubilación.
No tenga miedo de pedir ayuda
Cuidar de los hijos y de los padres al mismo tiempo es agotador. No agrave el problema pensando que tiene que tomar las decisiones financieras usted solo. Considere la posibilidad de entrevistar y contratar a un asesor financiero que le ayude a dar sentido a las decisiones difíciles. Él o ella puede ayudarle a encontrar la mejor manera de preservar su patrimonio, ayudar a sus padres a disfrutar de sus últimos años con dignidad y planificar el futuro de sus hijos.
Aunque no le convenga recurrir a un asesor financiero tradicional, no olvide que puede pedir ayuda a su familia y a su red de amigos. No hay por qué fingir que es fácil compaginarlo todo. La familia puede ofrecerte ayuda económica o de cuidados. Los amigos con conocimientos pueden orientarte hacia los mejores recursos para ayudarte a tomar decisiones. Si confía en su red, es menos probable que se agote y tome decisiones financieras desordenadas.