La importancia de ofrecer jornadas de salud mental
Son una razón válida para quedarse en el trabajo.
En 2017, Madalyn Parker -entonces empleada en una empresa de informática llamada Olark- envió un correo electrónico a sus compañeros para comunicarles que se tomaba unos días de descanso para centrarse en su salud mental. «Espero volver la semana que viene renovada y al 100%», escribió.
Su jefe y director general de Olark, Ben Congleton, le contestó para agradecerle personalmente su franqueza y honestidad. «Eres un ejemplo para todos nosotros, y ayudas a romper el estigma para que todos podamos traer nuestro yo al trabajo», escribió. Madalyn publicó su intercambio en Twitter y rápidamente se hizo viral, provocando un debate sobre cómo más empresas deberían tomarse en serio la salud mental de sus empleados.
¿Cuál es el problema de las enfermedades mentales?
Las enfermedades mentales no van a desaparecer, e ignorarlas le va a costar. Supongamos que tiene 50 empleados. Según el Instituto Nacional de Salud Mental (National Institute of Mental Health), alrededor de 10 de ellos -una quinta parte de su plantilla- padecen una enfermedad mental diagnosticable como la ansiedad y la depresión. Un reciente informe de Blue Cross® y Blue Shield® Health of America Report® muestra que seis de las 10 principales afecciones que afectan a los millennials, que se prevé que representen la mitad de la fuerza laboral en 2020, están relacionadas con la salud del comportamiento.
Al igual que otras enfermedades crónicas, las enfermedades mentales repercuten directamente en su empresa con la reducción de la productividad, el aumento de los costes de atención sanitaria y la reducción de la asistencia al trabajo. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, se calcula que sólo la depresión causa 200 millones de días de trabajo perdidos cada año, lo que cuesta a los empresarios estadounidenses entre 17.000 y 44.000 millones de dólares. Además, los empleados que se quedan en el trabajo cuando no son totalmente productivos -también conocido como presentismo- le cuestan a usted casi el doble de lo que le costaría si simplemente se hubiera quedado en casa.
Afortunadamente, el estigma que rodea a las enfermedades mentales está empezando a desaparecer. Los empleados con enfermedades mentales solían sufrir en silencio o inventar excusas para tomar un día de enfermedad. Ahora, más personas se sienten cómodas hablando de sus necesidades, pero siempre hay algo más que los empleadores pueden hacer para apoyarlos. Si ya ofrece otros recursos de bienestar a sus empleados, como revisiones de salud in situ, programas para ayudarles a dejar de fumar, instalaciones para hacer ejercicio o reembolso de las cuotas de los gimnasios, es hora de que se sume a los días de salud mental.
¿Qué soluciones existen para abordar la salud mental en el lugar de trabajo?
Aunque no hay una sola cosa que pueda hacer para aliviar completamente el impacto de las enfermedades mentales en su lugar de trabajo, aceptar abiertamente el uso de los días de baja por enfermedad o el tiempo libre remunerado por motivos de salud mental es un buen comienzo. Al igual que se permite o se anima a los empleados a quedarse en casa cuando se sienten mal físicamente, deberían poder tomarse uno o dos días para tratar y recuperarse del estrés, del agotamiento laboral o de problemas más graves como la ansiedad y la depresión crónicas.
Los días de salud mental, como mínimo, hacen que sus empleados se sientan valorados. Algunos pueden utilizarlos para desconectar del entorno de alto estrés de los constantes correos electrónicos y llamadas telefónicas en su escritorio. Otros utilizan el tiempo libre para ocuparse de responsabilidades personales estresantes, como gestionar o establecer su presupuesto, ocuparse de las reparaciones del hogar o cuidar de un familiar enfermo.
Tres beneficios de las jornadas de salud mental
Al tomarse un tiempo para centrarse en su salud mental, sus empleados podrán volver al trabajo con energías renovadas, lo que les hará más productivos a su regreso que si siguieran trabajando con poca o ninguna motivación. He aquí algunas cosas que debe tener en cuenta a la hora de ajustar su política de bajas por enfermedad o de tiempo libre remunerado para dar cabida a los días de salud mental:
- Facilite conversaciones abiertas sobre la salud mental. Haga saber a sus empleados que les apoya a ellos y a sus necesidades, sean cuales sean. Proporcione recursos y educación sobre la concienciación de la salud mental en la intranet de su empresa, y comunique a los empleados cualquier actualización o cambio en su política de permisos.
- Adopte una política de no hacer preguntas. Los días de salud mental tienen muchas formas y tamaños. Tanto si sus empleados piden uno o dos días libres, como si se reservan una o dos horas para una cita terapéutica, o si llaman sin previo aviso, o si necesitan salir del trabajo de forma inesperada, muéstreles su apoyo preguntándoles primero si están bien, y luego permítales el tiempo libre sin más preguntas. Si crees que un empleado puede estar aprovechando la política, evalúa primero su rendimiento y reúnete con él para hablar de tus preocupaciones por separado.
- Haga un seguimiento de sus empleados después del tiempo libre. Aunque es posible que sus empleados no quieran hablar de los motivos por los que se han tomado un día de salud mental, puede comprobarlo respetando su privacidad. Pregúnteles si se sienten descansados y vuelven a estar al cien por cien, o si desean algún apoyo adicional, como una carga de trabajo temporalmente menor, especialmente si su estrés está relacionado con el trabajo. Incluso si no lo hacen, es probable que aprecien la consideración.
Además de adoptar una política para los días de la salud mental, puede seguir estos consejos para ayudar a acabar con el estigma que rodea a la salud mental en su lugar de trabajo.