Mentalidad empresarial: qué es y cómo desarrollarla
En la película La llamada de lo Salvaje, Buck, un perro bonachón, acostumbrado a la buena vida que llevaba en una rica finca de California, es robado a sus tutores, vendido y obligado a trabajar en condiciones adversas. En muchas de las situaciones difíciles en las que se encuentra, Buck empieza a hacer caso a sus instintos, representados por un lobo.
En escenas como aquella en la que tira de un trineo con otros perros, «ve» un lobo, que simboliza su esencia y también figura lo que le gustaría ser y convertirse: el líder de la manada, fuerte, independiente, valiente e intrépido. Y él, después de muchas dificultades, terquedad y determinación, alcanza su meta.
El ejemplo del personaje de la película, inspirado en la novela La llamada de la selva, escrita en 1903 por el estadounidense Jack London, retrata la gran influencia que tienen las creencias personales de un individuo en lo que se desea, así como en las oportunidades de alcanzar sus objetivos. Así se perfila la mentalidad.
Esta supuesta mentalidad
Mindset, en una traducción literal, significa mentalidad. Es la actitud mental con la que una persona se enfrenta a la vida. Su concepción del mundo es la fusión de sus valores, creencias y principios que actúan directamente sobre su realidad objetiva en diferentes contextos, ya sea en el trabajo, en la familia o en las relaciones sociales.
En definitiva, es la mentalidad (creencias + valores) que tienes o aprendes a tener para transformar tus deseos en metas, tus sueños en objetivos.
Tipos de mentalidad empresarial
Según Carol S. Dweck, en su libro Mindset – The New Psychology of Success, hay básicamente dos tipos de mentalidad, la fija y la de crecimiento. Desde esta perspectiva, la forma en la que moldeas tus pensamientos y la opinión que tienes de ti mismo afecta profunda y directamente a la forma en la que llevas tu vida.
Mentalidad fija
Según la llamada mentalidad fija, se cree que sólo las personas con talentos innatos están predispuestas al éxito y que son las únicas responsables de él. O el individuo lo tiene o no lo tiene. Las personas nacen inteligentes o no, con capacidades determinadas o no. Esta visión del mundo no cree que el esfuerzo personal sea capaz de generar cambios y esa incredulidad hace que se eviten los retos para evitar el fracaso. Los obstáculos son señales para abandonar sus planes.
En consecuencia, las posibilidades de que los individuos con mentalidad fija alcancen el éxito y obtengan la prosperidad son bastante limitadas.
Mentalidad de crecimiento
A diferencia de la anterior, la mentalidad de crecimiento se basa en la creencia de que el individuo es capaz de desarrollar cualidades básicas a través de su propio esfuerzo. Todo el mundo está dotado de un potencial que puede mejorar con el compromiso, la formación y la determinación, con el objetivo de progresar constantemente.
Los individuos con mentalidad de crecimiento buscan experiencias que les hagan desarrollarse y la evolución constante de este desarrollo, especialmente cuando parece que nadan contra la corriente. Tener éxito es una decisión y un objetivo a alcanzar. La inquietud, el inconformismo y la sed de cambio y progreso son las características más llamativas de esta mentalidad y eso es precisamente lo que permite a estas personas prosperar en medio de los retos y las adversidades.
¿Que es la mentalidad empresarial?
Emprender, especialmente en Brasil, es una tarea ardua que requiere una perseverancia constante frente a las diversas dificultades que surgen en el camino. Sin embargo, por grandes que sean los obstáculos y por insuperables que parezcan, no son el factor crucial que definirá la probabilidad de éxito.
La actitud mental del empresario y su forma de ver la vida y de comportarse ante ella -ya sea optimista o pesimista- actúan definitivamente en la construcción de una planificación eficaz y en la consiguiente consecución de los objetivos marcados.
Podemos decir, entonces, que la mentalidad es el pilar principal de su empresa, es el primer aliento para el paso inicial decidido. Es la línea divisoria entre el sueño y la meta, que transforma los pensamientos y las creencias en acciones, comportamientos y actitudes.
Características principales de la mentalidad empresaliral
1. Claridad en los objetivos
Tener objetivos claros y bien definidos es esencial para la buena dirección de la empresa. Los objetivos son esenciales en cualquier empresa, porque sin ellos el trabajo se hace al azar, sin rumbo. Quien no sabe a dónde quiere llegar, no llega a ninguna parte.
2. Planificación
Desde el momento en que tienes claros tus objetivos, el siguiente paso es planificar la secuencia de acciones a través de las cuales se alcanzarán los objetivos. Una buena planificación requiere búsqueda de información, disciplina y concentración.
La planificación está directamente relacionada con los pasos de las acciones a desarrollar, la organización del equipo de colaboradores, si el negocio lo tiene, y la cuestión financiera.
3. Consistencia
Es la acción masiva, es decir, una cantidad excesiva de compromiso, vigor, entusiasmo y trabajo gastado, o mejor dicho, invertido a favor de alcanzar los objetivos. Así, superando las expectativas y haciendo más que suficiente, se alcanza un nivel superior a la media, lo que sin duda es un diferencial positivo, ya sea en el ámbito empresarial o en el corporativo.
4. Control
El seguimiento personal del empresario, así como el de su empresa, es lo que le permite evaluar lo que hay que ajustar, lo que hay que mantener, implementar o reorientar. Requiere una visión crítica y resistencia en su actitud.
¿Como desarrollar la mentalidad empresarial?
Las características observadas son conceptos abstractos que pueden desarrollarse. Nadie cambia su personalidad de una hora a otra, sin embargo, con buena voluntad y ejercicios constantes, es totalmente posible construir una mentalidad capaz de establecer una diferencia real entre usted y los no empresarios o empresarios con menos posibilidades de éxito.
Ser consciente de que es necesario girar una llave y cambiar de mentalidad es el primer gran paso.
A continuación, deja de creer que las cosas son como son y empieza a comprender que las cosas son lo que tú haces de ellas, porque el poder transformador está en ti.
Afronta las dificultades como oportunidades para crecer y mejorar, afronta cada intento que sale mal como un proceso de aprendizaje para llegar al correcto.
Ninguna bolsa de té sabrá de qué es capaz si no se sumerge en agua hirviendo.
Conclusión
Ahora puedes distinguir qué actitud mental será más ventajosa para convertir tus sueños en objetivos tangibles.
Si aún no la tienes, has comprobado que es posible desarrollar la mentalidad emprendedora y de crecimiento y trazar un rumbo exitoso para tu negocio.