4 sencillos pasos para fijar tus objetivos de vida
Tus objetivos de vida se vuelven mucho menos desalentadores cuando te centras en los pasos más pequeños y accesibles que tienes que dar para conseguirlos. Créeme, me siento abrumada por las pequeñas cosas que tengo que hacer en el día a día. Me recuerdo constantemente que tengo que hacer las cosas paso a paso. Eso hace que todo sea manejable.
«¿Cuáles son tus objetivos en la vida?» es una de esas preguntas que pueden poner a la gente en una posición incómoda muy rápidamente. La mayoría responde a esta pregunta riéndose y contestando algo como «comer pizza sin pantalones mientras veo Netflix, eso es lo que realmente quiero».
La cuestión es que nadie quiere tomarse el tiempo de escribir sus objetivos vitales. La gente vive una vida muy ajetreada y, cuando tiene tiempo, prefiere pasarlo delante de la televisión o tumbarse en el sofá a jugar con el móvil.
Por experiencia propia, tómate el tiempo necesario y marca la diferencia.

¿Qué son exactamente los objetivos vitales? En pocas palabras, son las cosas que te gustaría lograr en tu vida. Los objetivos vitales son las grandes cosas por las que hay que trabajar y conseguir, como casarse y tener una familia, crear tu propio negocio, convertirte en un gran ejecutivo o viajar por el mundo. Los objetivos vitales son esencialmente todo lo que quieres hacer en la vida antes de fallecer. Son las cosas por las que la gente te recordará cuando ya no estés.
¿Por qué son tan importantes los objetivos? Establecer objetivos te da un propósito y te ayuda a guiar tu vida. Piensa en los objetivos vitales como tu estrella del norte. Te guiarán hacia donde quieres ir, pero todavía depende de ti elegir el camino para llegar allí.
Ahora que entiendes mejor lo que son los objetivos vitales, vamos a hablar de cómo establecerlos y empezar a trabajar en ellos.
Establecer objetivos vitales en 30 minutos o menos
La mayoría de las personas ya tienen una idea decente de lo que realmente quieren en la vida, sólo que no se han tomado el tiempo de escribirlo. Si ese es tu caso, genial. Si no tienes ni idea de lo que quieres, tampoco pasa nada, te guiaré por ello.
Incluso si ya has realizado un ejercicio similar al que voy a describir, intenta no descartar todavía la siguiente actividad. Tal vez haya pasado un tiempo y algunos de tus objetivos hayan cambiado. Tal vez haya algunas cosas más que realmente quieres y que antes se te escapaban. Puede que merezca la pena repasar y reelaborar un poco tu plan.
Vamos a sumergirnos en ello.
1. Lluvia de ideas sobre tus objetivos vitales
Busca un lugar tranquilo para sentarte y trabajar en esta sección durante 5-10 minutos. Si te encuentras con un obstáculo, intenta levantarte y salir a dar un paseo, o quizás darte una ducha. Algunos de mis pensamientos más inspiradores han surgido del tiempo que he pasado en la ducha.
2. Establecer tus objetivos de vida
Las cosas que se te ocurran durante este ejercicio no tienen por qué ser tus objetivos vitales definitivos para el resto de tu vida. Como he dicho antes, las personas cambian y lo que es importante para ellas también. Intenta centrarte en las cosas que son importantes para ti actualmente.
3. Construir un plan para alcanzarlos
Una vez definidos tus objetivos de vida, el siguiente paso es crear un plan para conseguirlos. Muchos entrenadores de vida recomiendan utilizar el sistema Simpleology, ideado por Mark Joyner. Se llama planificación retrospectiva y es un método utilizado por el ejército estadounidense.
Para resumir, piensa en el último paso necesario para lograr uno de tus objetivos. Si escalar el Monte Everest estaba en tu lista, entonces lo que te viene a la mente es literalmente tu último paso hacia la cumbre.
Antes de eso, tendrás que idear un equipo para hacerlo, un régimen de acondicionamiento para prepararte, planes de viaje y mucho más. Trabaja todo el camino hacia atrás hasta que llegues al primer paso que tienes que dar. Debe ser algo factible y alcanzable a muy corto plazo.
Si has hecho el ejercicio correctamente y has anotado todo a lo largo del camino, tendrás un plan paso a paso de lo que se necesita exactamente para lograr tu objetivo.
El resto es hacerlo realidad.
4. Ir a por ello
Una vez que hayas planificado cada uno de los objetivos de vida, puede que te sientas ligeramente intimidado, y eso está bien. Al fin y al cabo, son los mayores logros de tu vida. La mejor manera de empezar a tacharlos de la lista es trabajar en ellos de uno en uno.
Permíteme repetirlo. De uno en uno.
Elige sólo una de las cosas que te gustaría conseguir, preferiblemente la más importante para ti en este momento, y pon en marcha tu plan. Empieza a añadir en tu calendario los pasos que has trazado en el ejercicio anterior y decide cuándo vas a dar cada paso.
Si tu objetivo es algo que va a tardar varios años en cumplirse, ¿qué puedes hacer este año para estar más cerca?
¿Qué puedes hacer en los próximos meses?
Tus objetivos de vida se vuelven mucho menos desalentadores cuando te centras en los pasos más pequeños y accesibles que tienes que dar para conseguirlos. Créeme, me siento abrumada por las pequeñas cosas que tengo que hacer en el día a día. Me recuerdo constantemente que tengo que hacer las cosas paso a paso. Eso hace que todo sea manejable.
Una vez que tengas toda la preparación hecha, depende de ti ir a por ello. Recuerda que debes elegir un solo objetivo en tu vida y concentrar toda la energía que puedas en él. Si es algo que realmente deseas, la motivación no debería ser un problema.
Súbete a esa ola de energía y observa cómo consigues cosas increíbles en el transcurso de los próximos 5-10 años.