Qué es la crítica constructiva y cómo darla
No importa quién sea o dónde trabaje, a nadie le gusta sentirse criticado. Justificada o no, la crítica puede hacerte sentir pequeño y que tu trabajo no importa. Eso es lo que hace que el arte de la crítica constructiva sea tan importante. Esta habilidad puede tener un tremendo impacto no solo en la crítica en sí, sino también en cómo la recibe la otra parte. Si se hace bien, ofrecer una crítica constructiva no tiene por qué compensar los momentos incómodos o desagradables. Aquí hay algunos pasos que pueden ayudarlo a comenzar con la entrega adecuada de críticas constructivas.
Definición de crítica constructiva
Antes de saltar a la entrega, recapitulemos rápidamente qué es la crítica constructiva. Hay varias definiciones, pero vuelven a la misma idea. Este tipo de comentarios proporciona sugerencias específicas. Debe ser fácilmente accionable además de ser claro y conciso. La crítica constructiva nunca debe ser acusatoria ni entregada de una manera que se sienta crítica. La retroalimentación puede ser tanto positiva como negativa, todo lo cual se proporciona para aumentar y promover un desarrollo adicional. Toda crítica constructiva debe verse de una manera que ayude a fomentar el crecimiento.

Un Estudio de Harvard Business Review del 2014 mostró que el 57 por ciento de los empleados preferiría la crítica constructiva. Lo que es aún más interesante es que solo el 43 por ciento de las personas encuestadas prefirieron los elogios y el reconocimiento a las críticas constructivas. En última instancia, este tipo de comentarios ayudará a los empleados a sentirse mejor con el trabajo que están haciendo y los pondrá en el camino correcto para realizar mejoras inmediatas.
El sándwich de retroalimentación
Un método popular para brindar críticas constructivas es mejor conocido como el “sándwich de retroalimentación”. Así es como funciona:
- Comience la conversación enfocándose en algo positivo, una fortaleza, lo que le gusta de un proyecto o algo que sea el tema de la conversación.
- Proporcione críticas constructivas discutiendo las cosas que le gustaría ver mejoradas, áreas de oportunidad, etc.
- Termine la conversación reiterando lo positivo y hable sobre su entusiasmo por ver mejoras y resultados futuros.
Usando una táctica como el “sándwich de retroalimentación”, la crítica se ofrece entre una apertura y un final. De esta manera, no hay oportunidad para que alguien se sienta emboscado por la negatividad. Por ejemplo, comience a hablar con un colega sobre su fuerza de presentación y observe que la calidad de la presentación en sí podría mejorarse. Termine la conversación discutiendo cuán emocionado está de ver cómo pueden ser las futuras presentaciones.
Dar una crítica constructiva a un empleado
Proporcionar críticas constructivas como gerente siempre es complicado. Lo último que desea es hacer que alguien de su equipo se sienta infravalorado o sienta que su trabajo no es apreciado. Aquí hay algunas sugerencias para hacer una crítica constructiva en la que ambas partes se sientan bien.

- Sea siempre específico acerca de los comentarios que está proporcionando. No hable en ningún tipo de generalidades. En su lugar, encuentre ejemplos específicos que puedan ayudar a ilustrar el punto que desea señalar.
- Manténgalo positivo asegurándose de que la retroalimentación no sea acusatoria o redactada de manera negativa. Por ejemplo, en lugar de decir que quiere que alguien hable más en las llamadas del equipo, dígale que quiere escuchar más de sus pensamientos.
- La crítica constructiva debe ser un diálogo entre ambas partes, no una calle de sentido único. Si ambas partes están comprometidas y se siente como una discusión, hay una probabilidad mucho mayor de que los comentarios sean bien recibidos y se actúe en consecuencia.
- Ayuda incluyendo algunas ideas de mejora desde el principio. Es una buena oportunidad para proporcionar algunos ejemplos específicos de trabajo o conversaciones que podrían haberse manejado mejor.
- Estas reuniones de crítica constructiva siempre deben realizarse en privado, nuevamente teniendo en cuenta tanto en línea como en persona. La retroalimentación es entre usted y la otra persona, no toda la oficina. Las demostraciones públicas de crítica constructiva, sin importar qué tan bien intencionadas sean, es más probable que salgan mal que bien.
Dar una crítica constructiva a un colega
- Nunca lo hagas personal es probablemente el aspecto más importante de proporcionar retroalimentación. Lo mejor que puede hacer es centrar todos los comentarios en torno a su trabajo. Mantenga la conversación centrada en sus acciones y en lo que se puede hacer para mejorar.
- No deje la conversación hasta que sepa que ambos están en la misma página. Lo último que desea es que alguien, empleado o no, salga con una comprensión diferente de la conversación que tuvo. Eso solo puede conducir a más confusiones.
- Trate de evitar sorprender a alguien con una reunión repentina en su calendario, ya sea en línea o en persona. Lo último que querrías es tomar a alguien con la guardia baja cuando se sienta a la defensiva o preocupado. Programe la reunión y anuncie con anticipación cuál es el tema. Podrían terminar viniendo a la reunión con sus propios ejemplos sobre cómo pueden mejorar.
Retroalimentación en línea versus remota

De manera realista, dar una crítica constructiva a un colega, empleado o gerente probablemente sea lo mismo en persona que de forma remota. Todos los pasos anteriores se aplican independientemente de la ubicación y los comentarios no cambiarán si estás en la misma habitación o no. Lo que puede cambiar es la conexión que viene con estar en persona. Es probable que siempre sea mejor dar y recibir comentarios en persona para que pueda ver de cerca la reacción de la persona. Proporcionar comentarios de forma remota sigue siendo increíblemente valioso y debería transmitir el mismo punto que en persona casi siempre. Ser remoto no debería hacer que nadie olvide el «sándwich de retroalimentación» o las otras sugerencias enumeradas aquí.
Conclusión
Dar retroalimentación nunca es fácil, y hay pocas posibilidades de que se vuelva más fácil con el tiempo. Sin embargo, los beneficios de proporcionar una crítica constructiva superan con creces los riesgos de no proporcionar ninguna retroalimentación. Permitir que los empleados tengan la oportunidad de mejorar puede sacar aspectos de ellos y de su trabajo que no se habían visto antes. Podrían terminar siendo mejores contrataciones, colegas o gerentes de lo que nunca imaginó.