Utilice estas 10 señales de advertencia para identificar a un cliente difícil a la distancia

No todos los clientes son buenos para usted. He aquí 10 indicadores de alerta temprana a los que puede estar atento para evitar futuros problemas y rabietas de los clientes.

¿Es necesariamente mejor más? La optimización es la clave del éxito en este sector. Los empresarios siempre buscan formas de ampliar su clientela y llegar a un público más amplio. Es lógico que más negocio sea mejor.

¿Qué ocurre cuando hay un cliente difícil o un consumidor furioso? El uso más eficiente de los recursos de la empresa no es necesariamente la resolución de conflictos. No importa si un cliente no confía en ti o tiene expectativas poco claras, no todos encajan. La detección temprana de estos problemas en una relación le ahorrará posteriores dolores de cabeza, mal humor y pérdida de tiempo.

He aquí 10 señales de advertencia de que un cliente podría no ser una buena opción para usted.

1. Un cliente que pone a prueba sus límites

Un primer paso importante para prevenir las interacciones problemáticas con los clientes es fijar y establecer límites. Es frecuente que pidan demasiado en el momento equivocado si no se dejan claros esos límites o si el cliente simplemente los ignora.

Puede ser una señal de que te resultará difícil gestionar la conexión en el futuro si un cliente sobrepasa tus límites en cuanto a precios o plazos de inmediato. Escribe las directrices y los límites de tu proyecto y distribúyelo. Dale tiempo al cliente para que responda y plantee cualquier pregunta, y luego pídele permiso para seguir adelante en función de la aceptación de las expectativas y los términos por parte del cliente. Esto da al cliente una sensación de control y saciedad sobre sus problemas.

Considera que es una bendición disfrazada si un cliente empieza a trabajar cada vez menos contigo porque no le permites cruzar tus límites. Dado que, para empezar, nunca fueron una buena opción para ti, es posible que empieces a pasar más tiempo con una clientela sana.

2. Un cliente sin vision

Para un cliente cuyos objetivos no están claros o que tiene prioridades cambiantes, conseguir un buen resultado puede ser un reto. Asegúrate de que el cliente con el que hablas es consciente de sus necesidades para estar seguro de que puedes satisfacerlas. Haga preguntas aclaratorias y esfuércese por convertir sus sugerencias en objetivos cuantificables y alcanzables. Si no es capaz de proporcionárselos, es preferible rechazar el encargo hasta que tenga más claros sus objetivos.

3. Un cliente con valores diferentes a los suyos

Despida al cliente si le pide que comprometa sus valores o los de su empresa. Esta presunción destruirá cualquier asociación comercial desde el principio. Una base sólida de valores compartidos es esencial para el éxito de cualquier organización. Nunca haga concesiones por un solo cliente.

4. Un cliente que se pasa de la raya

El éxito de cualquier relación entre empresa y cliente depende de la confianza mutua. Si un cliente no puede confiar en que hagas el trabajo, es probable que indique esa desconfianza microgestionando el trabajo que te ha pedido. Es probable que surjan conflictos y enfrentamientos. Eso hace que sea difícil, si no imposible, que hagas tu trabajo.

5. Un cliente con expectativas poco realistas

Uno de los problemas más comunes en la gestión de clientes es el cliente cuyas expectativas no se ajustan al alcance acordado. Toda empresa tiene sus limitaciones. Es esencial gestionar esas expectativas desde el principio de la relación. Si un cliente sigue teniendo expectativas que entran en conflicto con tu cronograma o proceso, el trabajo conjunto sólo resultará en decepción.

6. Un cliente que no rinde cuentas

Sólo puedes trabajar con lo que el cliente puede ofrecerte. Si un cliente es incapaz de entregar los materiales o la información que necesitas -o de responder con prontitud-, tu trabajo será exponencialmente más difícil.

7. Un cliente que no es digno de confianza

La reputación de su empresa se ve afectada por la integridad de las personas con las que trabaja. Piense seriamente si está dispuesto a relacionarse con un cliente si sus representaciones no se ajustan a la realidad o si no acepta la responsabilidad de sus acciones.

8. Un cliente que no se ajusta a su perfil demográfico deseado

Los clientes ideales se pueden encontrar desde el principio y los que no encajan con los objetivos y valores de tu negocio se pueden evitar si tienes una idea clara de los tipos de clientes con los que trabajas mejor. Por lo general, un cliente no encaja si no cumple ninguno de sus criterios.

9. Un cliente que no cree en ti

Un cliente que no cree que usted puede prestar el servicio que ha solicitado no quedará nunca satisfecho. Cuando un cliente tiene reservas sobre tus recomendaciones, tus conocimientos o tu enfoque, está claro que los dos no formaréis un buen equipo de trabajo.

10. Un cliente que simplemente no es el adecuado

Algunos clientes simplemente no son adecuados para ti, al final. Es difícil defender el rechazo a un consumidor desde la perspectiva del beneficio. Pero también es posible que el cliente no sea adecuado para usted. Es fundamental ser consciente de las limitaciones de tus aportaciones y considerar si tiene sentido trabajar juntos.